08/12/2016

CONCIERTO MARIANO Y DE ACCIÓN DE GRACIAS

Obras de H. Eslava, J.S. Bach, T. L. de Victoria, D. Willcocks,  J. Haydn.

 

Misterios gozosos de la Virgen:

 Anunciación:
Ave María, 4 v…………. Hilarión Eslava (1807-1878)

Visitación a Santa Isabel:
Magnificat, 4 v. (BWV 243)…J. S. Bach BWV (1685-1750)
(Nº 1 Magnificat y nº 10 Sicut locutus est)

Nacimiento:
Adeste fideles…………. David Willcocks (1919-2015)
(edic. Universidad de Oxford)  Orquest. A. Sagaseta

Presentación-Purificación:
Tota pulchra es, 4 v.. Michael Navarrus (ca. 1563-1627)
(Archivo Catedral Pamplona)

Jesús perdido y hallado en el templo:
The lord is my shepherd, 4 v….  John Rutter (1945…)
Salmo 22. Solista oboe Marcos Vicente


Breve concierto final.

Tres avemarías universales

Ave Maria (monodía)………………… Gregoriana
Ave Maria, 4 v…….. T. L. de Victoria (1545-1611)
Ave Maria, 4 v…… atrib. a G. Caccini (1545-16189
Arr. P. M. Liebergen     Orq. A. Sagaseta

 A Santa María de Roncesvalles y Lourdes
Orriako Ama-Lurdeko lorea…… P. Narbaitz (1910-1984)
Arm. A. Sagaseta

A Santa María del Amor hermoso de la Universidad:
Nigra sum, sed formosa………….. T. L. de Victoria

 Acción de gracias:

Te Deum, 4 v…………….. Joseph Haydn (1732-1809)

Te Deum (Allegro)
Te ergo quaesumus (Adagio)
Aeterna fac (Allegro moderato)
In te, Domine, speravi (Allegro molto)


CAPILLA DE MÚSICA de la Catedral
Orquesta de cámara y órgano
Organista: Julián Ayesa
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta


                                            NOTAS AL PROGRAMA

  Ave María de H. Eslava.- El maestro «D. Hilarión» viene a ser el principal representante de la música religiosa española del s. XIX. Natural de Burlada, se educó desde niño en la Escuela de la Catedral de Pamplona, de donde partió a los 19 años como  maestro de capilla a la catedral de Burgo de Osma, luego de Sevilla, y por fin a la Capilla Real de Madrid. Nadie discute su labor dentro de la primera Musicología española, abogando por la gran Escuela polifónica del Siglo de Oro, entonces olvidada en los archivos catedrales, y a pesar de los escasos medios de la época y distintas desamortizaciones del s. XIX, puso los cimientos de una estructuración lógica de este patrimonio.
En resumen: su plan y pensamiento son admirables, pero hijo de la época, en la práctica se inclinó a veces a la música teatral italiana imperante en muchos templos de Europa. Su bello “Ave María”, una simbiosis de religiosidad y teatralidad, es ante todo música, es sentimiento y es religiosidad.

El Magnificat es el canto propio de la Visitación de Ntra. Señora a su pariente Isabel en el pueblecito montañés de Ain Karin. El genio de J. S. Bach refleja la exultante alegría de ambas primas porque “el Señor ha hecho grandes obras en mí”. Si el arte Barroco se caracteriza por el “horror vacui”, el insuperable Kapelmeister de Leipzig no deja un espacio vacío a la imaginación, y el tema musical va desarrollando continuos arroyos que serpentean por la obra de principio a fin, hasta que en el sosegado e imponente “Sicut locutus est” convergen todas las corrientes de la historia pasada (patres nostros) y se hacen río, ya imparable, en una gran fuga cuyos “estrechos” musicales, cada vez más cercanos entre sí, descansan por fin en el océano de Yaveh.

Adeste fideles.- El gran maestro inglés David Willcocks (murió el año pasado), nos dejó unas bellas armonizaciones del patrimonio común de Navidad. Gran parte de su producción publicitó en sendas ediciones la Universidad de Oxford. El conocido “Adeste fideles”, orquestado por el que suscribe, forma parte ya del repertorio obligado de Epifanía en la Catedral de Pamplona desde hace varias décadas. Contiene tres versiones, la primera a 4 v., la segunda con un brillante discantus y la última para coro, orquesta y gran órgano en naves góticas. Evidentemente éste no existe, pero es conveniente que la imaginación, que es muy creativa, recupere el “instrumento rey” con su sonido de miles de tubos canoros. Es Navidad…

Tota pulchra, otro canto propio del día de la Inmaculada. Michael Navarrus es sin duda el mejor representante del Renacimiento musical de Navarra. Prácticamente olvidado hasta nuestros días, ha sido recuperado por la Capilla de Música, colaborando con dos grupos profesionales internacionales, “Pro Cantione Antiqua” y “The Scholars”. Curiosamente han sido dos conjuntos ingleses los que publicaron las dos primeras grabaciones con música de Miguel Navarro, el primero en Londres (vinilo 1984) y el segundo The Scholars conjuntamente con el coro catedralicio de Pamplona (CD 1996).

∗ Navarro, maestro de capilla de la Seo de Iruña, aunque muere en 1627, su estética es Renacentista (más bien Manierista). Es polifonista muy cercano en espíritu a los grandes místicos abulenses de su época. Probó la vida eremítica en Turruncún (ermita de Nunilo y Alodia) y fue el primer Prior de los Ermitaños de Navarra, a quienes dejó en herencia su “casa con huerta en la calle Texería de Pamplona”. Toda hermosa eres María, ven y baja del Líbano, entra en el gozo de tu Señor.        

 The lord is my shepherd.- John Rutter, compositor y comandante del ejército británico, es uno de los referentes de la música religiosa de nuestro siglo (vive en Londres). En 1996 el arzobispo de Canterbury le otorgó el título de doctor por su aportación a la música sacra.

Rutter nos presenta el texto del conocido Salmo 22 “El Señor es mi pastor” en un lenguaje sereno, invitándonos a un sosegado paseo por los “verdes prados de fuentes tranquilas”, conducidos por el cayado del Pastor. La obra sugiere un concepto del tiempo estático, “quedo”. Frente a las prisas de Occidente, hay también un tiempo Oriental en consonancia con la paz solitaria de una noche estrellada en el desierto. El sonido del oboe, asociado muchas veces al campo abierto y al reclamo del pastor de ovejas, dialoga continuamente con el coro-orquesta.

Ave Maria gregoriana. Una vez concluida la música entorno a los misterios Gozosos del Rosario, se presenta un breve concierto que incluye tres conocidas avemarías de ámbito mundial. La base de gran parte de la polifonía mariana de todos los siglos es el milenario Ave María gregoriano, modelo insuperable de sencillez, religiosidad y estética. A veces lo más sencillo es lo más elegante, siempre que además sea verdad.

Ave Maria de Victoria.- Este mismo Canto Llano inspiró a T. L. de Victoria, genial polifonista abulense coetáneo de otros grandes místicos también abulenses. Mientras él plasma su espiritualidad en el pentagrama, Sra. Teresa de Jesús escribe prosa y San Juan de la Cruz altísima poesía. Obra obligada y plenamente vigente en la mayoría de los coros, desde los más sencillos hasta los mejores grupos  profesionales y especialistas de todo el mundo (quizá por este orden): Inglaterra, Europa latina, Filipinas, Cuba…

Ave Maria de Caccini.- A veces hay leyendas que aunque no sean reales, son aceptadas y merecerían ser ciertas por su contenido y belleza, por ejemplo el monje embelesado trezentos anos ao canto de una pasaryna que aquí (aparece también en otros lugares) lo atribuimos al abad San Virila de la Sierra de Leyre. Algo así le sucede a esta Ave María atribuido a Giulio Caccini, que aunque nos digan que no es de él, que incluso es original de un guitarrista ruso del s. XX (Vladimir Vovilov), que además murió en el anonimato y pobreza más absoluta, es igual, su bella melodía se va extendiendo por todo el mundo.

Tampoco sabemos los nombres de muchas grandes catedrales góticas, pero sus agujas sugieren el cielo y nos siguen señalando el camino. Es el “Ave Maria de Caccini”.

 Orriako Ama-Lurdeko lorea.- He aquí una sencilla melodía compuesta por un gran sacerdote de ascendiente navarro (Luzaide-Valcarlos), canónigo y Vicario General de la vecina diócesis de Bayona, culto y políglota, gran organizador de peregrinaciones a Lourdes. No era músico profesional (tocaba el piano), no compuso más que esta obra, pero dio en el clavo de lo que debe ser una melodía popular religiosa, y la dedicó a la Virgen de Lourdes y luego a Ntra. Señora de Orreaga. Hoy es canto común de las peregrinaciones hispano-francesas cercanas a Roncesvalles. El texto en euskera canta la proverbial sonrisa entre la Madre y el Niño de la imagen gótica de este Santuario.

Había viajado mucho por todo el mundo y decía que la ciudad más interesante que había visto era Dubrovnik (Croacia), y que la Virgen que mejor había plasmado esa sonrisa cómplice que tuvo que existir entre la virgen Miryam, adolescente de aldea de Palestina, y su Hijo, es la de Orreaga.

 Nigra sum, sed formosa.- Es la música propia del día, llegamos al objeto central de la celebración: La Madre del Amor Hermoso, Nigra sum, sed FORMOSA. Aquí el genio de Victoria se inspira en la poesía religiosa del Cantar de los Cantares y se sale un poco de su habitual moderación y equilibrio renacentista, se auto-concede una licencia expresiva, apunta ya al Barroco que está naciendo. Frente a predominantes versiones serenas y “perfectas” de grupos internacionales ingleses, también se puede optar por las más libres y “expresivas” de conjuntos latinos. Nadie tiene la exclusiva, felizmente.

 Te Deum laudamus.- El Te Deum es el canto propio de acción de gracias de la Iglesia latina desde el s. IV. Se atribuye su autoría a San Ambrosio de Milán y también a San Agustín. Su uso litúrgico a lo largo de los siglos se extiende a los grandes acontecimientos: acción de gracias por la elección de un nuevo papa, toma de posesión de obispos y abades, ordenación sacerdotal, coronación de los reyes, victorias en batallas, fin de año, centenarios diversos…
El Te Deum ha sido uno de los himnos más usados en la Catedral de Pamplona a lo largo de los siglos, por lo que su Archivo de Música guarda varios Te Deum de diversos autores.
La obra de Joseph Haydn, compuesta en el año 1800, refleja  la fastuosa corte Imperial de Viena aún dentro de la liturgia. La partitura contiene pasajes muy rápidos tanto para el coro como para la orquesta, tiene una breve parte central más reposada Te ergo quaesumus que en la liturgia se indica debe ser cantada de rodillas, para continuar luego con Aeterna fac de movimiento más alegre, y un último movimiento “Allegro molto” In te Domine, speravi, con el que concluye la obra.
Su optimista música, más que profunda, es exultante, brillante, de notable dificultad técnica que invita a todos a ser capaces de superarla, como todo en la vida.

Aurelio Sagaseta

Fecha8 Dic 2016 a las 19:30Escenario Auditorio del Museo de la UNAVCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

CONCIERTO MARIANO Y DE ACCIÓN DE GRACIAS

Fecha8 Dic 2016 a las 19:30Escenario Auditorio del Museo de la UNAVCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

Obras de H. Eslava, J.S. Bach, T. L. de Victoria, D. Willcocks,  J. Haydn.

 

Misterios gozosos de la Virgen:

 Anunciación:
Ave María, 4 v…………. Hilarión Eslava (1807-1878)

Visitación a Santa Isabel:
Magnificat, 4 v. (BWV 243)…J. S. Bach BWV (1685-1750)
(Nº 1 Magnificat y nº 10 Sicut locutus est)

Nacimiento:
Adeste fideles…………. David Willcocks (1919-2015)
(edic. Universidad de Oxford)  Orquest. A. Sagaseta

Presentación-Purificación:
Tota pulchra es, 4 v.. Michael Navarrus (ca. 1563-1627)
(Archivo Catedral Pamplona)

Jesús perdido y hallado en el templo:
The lord is my shepherd, 4 v….  John Rutter (1945…)
Salmo 22. Solista oboe Marcos Vicente


Breve concierto final.

Tres avemarías universales

Ave Maria (monodía)………………… Gregoriana
Ave Maria, 4 v…….. T. L. de Victoria (1545-1611)
Ave Maria, 4 v…… atrib. a G. Caccini (1545-16189
Arr. P. M. Liebergen     Orq. A. Sagaseta

 A Santa María de Roncesvalles y Lourdes
Orriako Ama-Lurdeko lorea…… P. Narbaitz (1910-1984)
Arm. A. Sagaseta

A Santa María del Amor hermoso de la Universidad:
Nigra sum, sed formosa………….. T. L. de Victoria

 Acción de gracias:

Te Deum, 4 v…………….. Joseph Haydn (1732-1809)

Te Deum (Allegro)
Te ergo quaesumus (Adagio)
Aeterna fac (Allegro moderato)
In te, Domine, speravi (Allegro molto)


CAPILLA DE MÚSICA de la Catedral
Orquesta de cámara y órgano
Organista: Julián Ayesa
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta


                                            NOTAS AL PROGRAMA

  Ave María de H. Eslava.- El maestro «D. Hilarión» viene a ser el principal representante de la música religiosa española del s. XIX. Natural de Burlada, se educó desde niño en la Escuela de la Catedral de Pamplona, de donde partió a los 19 años como  maestro de capilla a la catedral de Burgo de Osma, luego de Sevilla, y por fin a la Capilla Real de Madrid. Nadie discute su labor dentro de la primera Musicología española, abogando por la gran Escuela polifónica del Siglo de Oro, entonces olvidada en los archivos catedrales, y a pesar de los escasos medios de la época y distintas desamortizaciones del s. XIX, puso los cimientos de una estructuración lógica de este patrimonio.
En resumen: su plan y pensamiento son admirables, pero hijo de la época, en la práctica se inclinó a veces a la música teatral italiana imperante en muchos templos de Europa. Su bello “Ave María”, una simbiosis de religiosidad y teatralidad, es ante todo música, es sentimiento y es religiosidad.

El Magnificat es el canto propio de la Visitación de Ntra. Señora a su pariente Isabel en el pueblecito montañés de Ain Karin. El genio de J. S. Bach refleja la exultante alegría de ambas primas porque “el Señor ha hecho grandes obras en mí”. Si el arte Barroco se caracteriza por el “horror vacui”, el insuperable Kapelmeister de Leipzig no deja un espacio vacío a la imaginación, y el tema musical va desarrollando continuos arroyos que serpentean por la obra de principio a fin, hasta que en el sosegado e imponente “Sicut locutus est” convergen todas las corrientes de la historia pasada (patres nostros) y se hacen río, ya imparable, en una gran fuga cuyos “estrechos” musicales, cada vez más cercanos entre sí, descansan por fin en el océano de Yaveh.

Adeste fideles.- El gran maestro inglés David Willcocks (murió el año pasado), nos dejó unas bellas armonizaciones del patrimonio común de Navidad. Gran parte de su producción publicitó en sendas ediciones la Universidad de Oxford. El conocido “Adeste fideles”, orquestado por el que suscribe, forma parte ya del repertorio obligado de Epifanía en la Catedral de Pamplona desde hace varias décadas. Contiene tres versiones, la primera a 4 v., la segunda con un brillante discantus y la última para coro, orquesta y gran órgano en naves góticas. Evidentemente éste no existe, pero es conveniente que la imaginación, que es muy creativa, recupere el “instrumento rey” con su sonido de miles de tubos canoros. Es Navidad…

Tota pulchra, otro canto propio del día de la Inmaculada. Michael Navarrus es sin duda el mejor representante del Renacimiento musical de Navarra. Prácticamente olvidado hasta nuestros días, ha sido recuperado por la Capilla de Música, colaborando con dos grupos profesionales internacionales, “Pro Cantione Antiqua” y “The Scholars”. Curiosamente han sido dos conjuntos ingleses los que publicaron las dos primeras grabaciones con música de Miguel Navarro, el primero en Londres (vinilo 1984) y el segundo The Scholars conjuntamente con el coro catedralicio de Pamplona (CD 1996).

∗ Navarro, maestro de capilla de la Seo de Iruña, aunque muere en 1627, su estética es Renacentista (más bien Manierista). Es polifonista muy cercano en espíritu a los grandes místicos abulenses de su época. Probó la vida eremítica en Turruncún (ermita de Nunilo y Alodia) y fue el primer Prior de los Ermitaños de Navarra, a quienes dejó en herencia su “casa con huerta en la calle Texería de Pamplona”. Toda hermosa eres María, ven y baja del Líbano, entra en el gozo de tu Señor.        

 The lord is my shepherd.- John Rutter, compositor y comandante del ejército británico, es uno de los referentes de la música religiosa de nuestro siglo (vive en Londres). En 1996 el arzobispo de Canterbury le otorgó el título de doctor por su aportación a la música sacra.

Rutter nos presenta el texto del conocido Salmo 22 “El Señor es mi pastor” en un lenguaje sereno, invitándonos a un sosegado paseo por los “verdes prados de fuentes tranquilas”, conducidos por el cayado del Pastor. La obra sugiere un concepto del tiempo estático, “quedo”. Frente a las prisas de Occidente, hay también un tiempo Oriental en consonancia con la paz solitaria de una noche estrellada en el desierto. El sonido del oboe, asociado muchas veces al campo abierto y al reclamo del pastor de ovejas, dialoga continuamente con el coro-orquesta.

Ave Maria gregoriana. Una vez concluida la música entorno a los misterios Gozosos del Rosario, se presenta un breve concierto que incluye tres conocidas avemarías de ámbito mundial. La base de gran parte de la polifonía mariana de todos los siglos es el milenario Ave María gregoriano, modelo insuperable de sencillez, religiosidad y estética. A veces lo más sencillo es lo más elegante, siempre que además sea verdad.

Ave Maria de Victoria.- Este mismo Canto Llano inspiró a T. L. de Victoria, genial polifonista abulense coetáneo de otros grandes místicos también abulenses. Mientras él plasma su espiritualidad en el pentagrama, Sra. Teresa de Jesús escribe prosa y San Juan de la Cruz altísima poesía. Obra obligada y plenamente vigente en la mayoría de los coros, desde los más sencillos hasta los mejores grupos  profesionales y especialistas de todo el mundo (quizá por este orden): Inglaterra, Europa latina, Filipinas, Cuba…

Ave Maria de Caccini.- A veces hay leyendas que aunque no sean reales, son aceptadas y merecerían ser ciertas por su contenido y belleza, por ejemplo el monje embelesado trezentos anos ao canto de una pasaryna que aquí (aparece también en otros lugares) lo atribuimos al abad San Virila de la Sierra de Leyre. Algo así le sucede a esta Ave María atribuido a Giulio Caccini, que aunque nos digan que no es de él, que incluso es original de un guitarrista ruso del s. XX (Vladimir Vovilov), que además murió en el anonimato y pobreza más absoluta, es igual, su bella melodía se va extendiendo por todo el mundo.

Tampoco sabemos los nombres de muchas grandes catedrales góticas, pero sus agujas sugieren el cielo y nos siguen señalando el camino. Es el “Ave Maria de Caccini”.

 Orriako Ama-Lurdeko lorea.- He aquí una sencilla melodía compuesta por un gran sacerdote de ascendiente navarro (Luzaide-Valcarlos), canónigo y Vicario General de la vecina diócesis de Bayona, culto y políglota, gran organizador de peregrinaciones a Lourdes. No era músico profesional (tocaba el piano), no compuso más que esta obra, pero dio en el clavo de lo que debe ser una melodía popular religiosa, y la dedicó a la Virgen de Lourdes y luego a Ntra. Señora de Orreaga. Hoy es canto común de las peregrinaciones hispano-francesas cercanas a Roncesvalles. El texto en euskera canta la proverbial sonrisa entre la Madre y el Niño de la imagen gótica de este Santuario.

Había viajado mucho por todo el mundo y decía que la ciudad más interesante que había visto era Dubrovnik (Croacia), y que la Virgen que mejor había plasmado esa sonrisa cómplice que tuvo que existir entre la virgen Miryam, adolescente de aldea de Palestina, y su Hijo, es la de Orreaga.

 Nigra sum, sed formosa.- Es la música propia del día, llegamos al objeto central de la celebración: La Madre del Amor Hermoso, Nigra sum, sed FORMOSA. Aquí el genio de Victoria se inspira en la poesía religiosa del Cantar de los Cantares y se sale un poco de su habitual moderación y equilibrio renacentista, se auto-concede una licencia expresiva, apunta ya al Barroco que está naciendo. Frente a predominantes versiones serenas y “perfectas” de grupos internacionales ingleses, también se puede optar por las más libres y “expresivas” de conjuntos latinos. Nadie tiene la exclusiva, felizmente.

 Te Deum laudamus.- El Te Deum es el canto propio de acción de gracias de la Iglesia latina desde el s. IV. Se atribuye su autoría a San Ambrosio de Milán y también a San Agustín. Su uso litúrgico a lo largo de los siglos se extiende a los grandes acontecimientos: acción de gracias por la elección de un nuevo papa, toma de posesión de obispos y abades, ordenación sacerdotal, coronación de los reyes, victorias en batallas, fin de año, centenarios diversos…
El Te Deum ha sido uno de los himnos más usados en la Catedral de Pamplona a lo largo de los siglos, por lo que su Archivo de Música guarda varios Te Deum de diversos autores.
La obra de Joseph Haydn, compuesta en el año 1800, refleja  la fastuosa corte Imperial de Viena aún dentro de la liturgia. La partitura contiene pasajes muy rápidos tanto para el coro como para la orquesta, tiene una breve parte central más reposada Te ergo quaesumus que en la liturgia se indica debe ser cantada de rodillas, para continuar luego con Aeterna fac de movimiento más alegre, y un último movimiento “Allegro molto” In te Domine, speravi, con el que concluye la obra.
Su optimista música, más que profunda, es exultante, brillante, de notable dificultad técnica que invita a todos a ser capaces de superarla, como todo en la vida.

Aurelio Sagaseta

CONCIERTO MARIANO Y DE ACCIÓN DE GRACIAS

Fecha8 Dic 2016 a las 19:30Escenario Auditorio del Museo de la UNAVCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

Obras de H. Eslava, J.S. Bach, T. L. de Victoria, D. Willcocks,  J. Haydn.

 

Misterios gozosos de la Virgen:

 Anunciación:
Ave María, 4 v…………. Hilarión Eslava (1807-1878)

Visitación a Santa Isabel:
Magnificat, 4 v. (BWV 243)…J. S. Bach BWV (1685-1750)
(Nº 1 Magnificat y nº 10 Sicut locutus est)

Nacimiento:
Adeste fideles…………. David Willcocks (1919-2015)
(edic. Universidad de Oxford)  Orquest. A. Sagaseta

Presentación-Purificación:
Tota pulchra es, 4 v.. Michael Navarrus (ca. 1563-1627)
(Archivo Catedral Pamplona)

Jesús perdido y hallado en el templo:
The lord is my shepherd, 4 v….  John Rutter (1945…)
Salmo 22. Solista oboe Marcos Vicente


Breve concierto final.

Tres avemarías universales

Ave Maria (monodía)………………… Gregoriana
Ave Maria, 4 v…….. T. L. de Victoria (1545-1611)
Ave Maria, 4 v…… atrib. a G. Caccini (1545-16189
Arr. P. M. Liebergen     Orq. A. Sagaseta

 A Santa María de Roncesvalles y Lourdes
Orriako Ama-Lurdeko lorea…… P. Narbaitz (1910-1984)
Arm. A. Sagaseta

A Santa María del Amor hermoso de la Universidad:
Nigra sum, sed formosa………….. T. L. de Victoria

 Acción de gracias:

Te Deum, 4 v…………….. Joseph Haydn (1732-1809)

Te Deum (Allegro)
Te ergo quaesumus (Adagio)
Aeterna fac (Allegro moderato)
In te, Domine, speravi (Allegro molto)


CAPILLA DE MÚSICA de la Catedral
Orquesta de cámara y órgano
Organista: Julián Ayesa
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta


                                            NOTAS AL PROGRAMA

  Ave María de H. Eslava.- El maestro «D. Hilarión» viene a ser el principal representante de la música religiosa española del s. XIX. Natural de Burlada, se educó desde niño en la Escuela de la Catedral de Pamplona, de donde partió a los 19 años como  maestro de capilla a la catedral de Burgo de Osma, luego de Sevilla, y por fin a la Capilla Real de Madrid. Nadie discute su labor dentro de la primera Musicología española, abogando por la gran Escuela polifónica del Siglo de Oro, entonces olvidada en los archivos catedrales, y a pesar de los escasos medios de la época y distintas desamortizaciones del s. XIX, puso los cimientos de una estructuración lógica de este patrimonio.
En resumen: su plan y pensamiento son admirables, pero hijo de la época, en la práctica se inclinó a veces a la música teatral italiana imperante en muchos templos de Europa. Su bello “Ave María”, una simbiosis de religiosidad y teatralidad, es ante todo música, es sentimiento y es religiosidad.

El Magnificat es el canto propio de la Visitación de Ntra. Señora a su pariente Isabel en el pueblecito montañés de Ain Karin. El genio de J. S. Bach refleja la exultante alegría de ambas primas porque “el Señor ha hecho grandes obras en mí”. Si el arte Barroco se caracteriza por el “horror vacui”, el insuperable Kapelmeister de Leipzig no deja un espacio vacío a la imaginación, y el tema musical va desarrollando continuos arroyos que serpentean por la obra de principio a fin, hasta que en el sosegado e imponente “Sicut locutus est” convergen todas las corrientes de la historia pasada (patres nostros) y se hacen río, ya imparable, en una gran fuga cuyos “estrechos” musicales, cada vez más cercanos entre sí, descansan por fin en el océano de Yaveh.

Adeste fideles.- El gran maestro inglés David Willcocks (murió el año pasado), nos dejó unas bellas armonizaciones del patrimonio común de Navidad. Gran parte de su producción publicitó en sendas ediciones la Universidad de Oxford. El conocido “Adeste fideles”, orquestado por el que suscribe, forma parte ya del repertorio obligado de Epifanía en la Catedral de Pamplona desde hace varias décadas. Contiene tres versiones, la primera a 4 v., la segunda con un brillante discantus y la última para coro, orquesta y gran órgano en naves góticas. Evidentemente éste no existe, pero es conveniente que la imaginación, que es muy creativa, recupere el “instrumento rey” con su sonido de miles de tubos canoros. Es Navidad…

Tota pulchra, otro canto propio del día de la Inmaculada. Michael Navarrus es sin duda el mejor representante del Renacimiento musical de Navarra. Prácticamente olvidado hasta nuestros días, ha sido recuperado por la Capilla de Música, colaborando con dos grupos profesionales internacionales, “Pro Cantione Antiqua” y “The Scholars”. Curiosamente han sido dos conjuntos ingleses los que publicaron las dos primeras grabaciones con música de Miguel Navarro, el primero en Londres (vinilo 1984) y el segundo The Scholars conjuntamente con el coro catedralicio de Pamplona (CD 1996).

∗ Navarro, maestro de capilla de la Seo de Iruña, aunque muere en 1627, su estética es Renacentista (más bien Manierista). Es polifonista muy cercano en espíritu a los grandes místicos abulenses de su época. Probó la vida eremítica en Turruncún (ermita de Nunilo y Alodia) y fue el primer Prior de los Ermitaños de Navarra, a quienes dejó en herencia su “casa con huerta en la calle Texería de Pamplona”. Toda hermosa eres María, ven y baja del Líbano, entra en el gozo de tu Señor.        

 The lord is my shepherd.- John Rutter, compositor y comandante del ejército británico, es uno de los referentes de la música religiosa de nuestro siglo (vive en Londres). En 1996 el arzobispo de Canterbury le otorgó el título de doctor por su aportación a la música sacra.

Rutter nos presenta el texto del conocido Salmo 22 “El Señor es mi pastor” en un lenguaje sereno, invitándonos a un sosegado paseo por los “verdes prados de fuentes tranquilas”, conducidos por el cayado del Pastor. La obra sugiere un concepto del tiempo estático, “quedo”. Frente a las prisas de Occidente, hay también un tiempo Oriental en consonancia con la paz solitaria de una noche estrellada en el desierto. El sonido del oboe, asociado muchas veces al campo abierto y al reclamo del pastor de ovejas, dialoga continuamente con el coro-orquesta.

Ave Maria gregoriana. Una vez concluida la música entorno a los misterios Gozosos del Rosario, se presenta un breve concierto que incluye tres conocidas avemarías de ámbito mundial. La base de gran parte de la polifonía mariana de todos los siglos es el milenario Ave María gregoriano, modelo insuperable de sencillez, religiosidad y estética. A veces lo más sencillo es lo más elegante, siempre que además sea verdad.

Ave Maria de Victoria.- Este mismo Canto Llano inspiró a T. L. de Victoria, genial polifonista abulense coetáneo de otros grandes místicos también abulenses. Mientras él plasma su espiritualidad en el pentagrama, Sra. Teresa de Jesús escribe prosa y San Juan de la Cruz altísima poesía. Obra obligada y plenamente vigente en la mayoría de los coros, desde los más sencillos hasta los mejores grupos  profesionales y especialistas de todo el mundo (quizá por este orden): Inglaterra, Europa latina, Filipinas, Cuba…

Ave Maria de Caccini.- A veces hay leyendas que aunque no sean reales, son aceptadas y merecerían ser ciertas por su contenido y belleza, por ejemplo el monje embelesado trezentos anos ao canto de una pasaryna que aquí (aparece también en otros lugares) lo atribuimos al abad San Virila de la Sierra de Leyre. Algo así le sucede a esta Ave María atribuido a Giulio Caccini, que aunque nos digan que no es de él, que incluso es original de un guitarrista ruso del s. XX (Vladimir Vovilov), que además murió en el anonimato y pobreza más absoluta, es igual, su bella melodía se va extendiendo por todo el mundo.

Tampoco sabemos los nombres de muchas grandes catedrales góticas, pero sus agujas sugieren el cielo y nos siguen señalando el camino. Es el “Ave Maria de Caccini”.

 Orriako Ama-Lurdeko lorea.- He aquí una sencilla melodía compuesta por un gran sacerdote de ascendiente navarro (Luzaide-Valcarlos), canónigo y Vicario General de la vecina diócesis de Bayona, culto y políglota, gran organizador de peregrinaciones a Lourdes. No era músico profesional (tocaba el piano), no compuso más que esta obra, pero dio en el clavo de lo que debe ser una melodía popular religiosa, y la dedicó a la Virgen de Lourdes y luego a Ntra. Señora de Orreaga. Hoy es canto común de las peregrinaciones hispano-francesas cercanas a Roncesvalles. El texto en euskera canta la proverbial sonrisa entre la Madre y el Niño de la imagen gótica de este Santuario.

Había viajado mucho por todo el mundo y decía que la ciudad más interesante que había visto era Dubrovnik (Croacia), y que la Virgen que mejor había plasmado esa sonrisa cómplice que tuvo que existir entre la virgen Miryam, adolescente de aldea de Palestina, y su Hijo, es la de Orreaga.

 Nigra sum, sed formosa.- Es la música propia del día, llegamos al objeto central de la celebración: La Madre del Amor Hermoso, Nigra sum, sed FORMOSA. Aquí el genio de Victoria se inspira en la poesía religiosa del Cantar de los Cantares y se sale un poco de su habitual moderación y equilibrio renacentista, se auto-concede una licencia expresiva, apunta ya al Barroco que está naciendo. Frente a predominantes versiones serenas y “perfectas” de grupos internacionales ingleses, también se puede optar por las más libres y “expresivas” de conjuntos latinos. Nadie tiene la exclusiva, felizmente.

 Te Deum laudamus.- El Te Deum es el canto propio de acción de gracias de la Iglesia latina desde el s. IV. Se atribuye su autoría a San Ambrosio de Milán y también a San Agustín. Su uso litúrgico a lo largo de los siglos se extiende a los grandes acontecimientos: acción de gracias por la elección de un nuevo papa, toma de posesión de obispos y abades, ordenación sacerdotal, coronación de los reyes, victorias en batallas, fin de año, centenarios diversos…
El Te Deum ha sido uno de los himnos más usados en la Catedral de Pamplona a lo largo de los siglos, por lo que su Archivo de Música guarda varios Te Deum de diversos autores.
La obra de Joseph Haydn, compuesta en el año 1800, refleja  la fastuosa corte Imperial de Viena aún dentro de la liturgia. La partitura contiene pasajes muy rápidos tanto para el coro como para la orquesta, tiene una breve parte central más reposada Te ergo quaesumus que en la liturgia se indica debe ser cantada de rodillas, para continuar luego con Aeterna fac de movimiento más alegre, y un último movimiento “Allegro molto” In te Domine, speravi, con el que concluye la obra.
Su optimista música, más que profunda, es exultante, brillante, de notable dificultad técnica que invita a todos a ser capaces de superarla, como todo en la vida.

Aurelio Sagaseta